Cada sesión de fotos es una nueva historia que contar, un nuevo reto para intentar captar lo mejor de ellos y esta semana tuve la ocasión de compartir una maravillosa tarde con Romina y David. A medida que pasaba la tarde y entre risas y caricias fue fluyendo la magia. Esa magia que me apasiona y que junto a esa luz natural que tanto me gusta y que me esfuerzo en aprovechar crea momentos únicos.
Mañana es su gran día y estoy seguro que serán muy felices porque se lo merecen...